Todo indica que la visita de los congresistas a sus regiones no son medida suficiente para mejorar la alicaída imagen del Parlamento ante los ciudadanos. Más bien, como revela la última encuesta nacional de El Comercio realizada por Ipsos Apoyo S.A., la representación nacional sigue divorciada de una población que espera cumpla, por ejemplo, con legislar sobre una serie de reformas pendientes.Y es que el desprestigio actual de los congresistas no solo radica en los hechos de corrupción que periódicamente suelen protagonizar, sino en el escaso aporte que según los ciudadanos hacen al funcionamiento de la democracia, al desarrollo del país o de la economía. En principio, debería preocuparles que 34% piensa que el Congreso más bien perjudica la democracia, 41% cree que no provoca ningún impacto y que solo 19% le reconoce alguna contribución.La falta de credibilidad, pues, no se revertirá con más populismo, sino con acciones concretas que permitan no solo mejorar su denostada imagen, sino recuperar legitimidad y lograr que la población se sienta realmente representada por estos parlamentarios. A poco menos de un año y meses del fin de su mandato, sería recusable que el cinismo prevaleciera sobre lo que debería ser un cambio de actitud en las diferentes bancadas políticas para, como señala la encuesta, cumplir con propuestas que si bien no están en la agenda parlamentaria, sí aparecen en la agenda pública, como son las reformas constitucionales y electorales pendientes.Efectivamente, como señalan destacados politólogos, hoy no hay excusas para la inacción porque lo que tenemos es un clima de opinión positivo y a favor de la renovación por mitades del Congreso a la mitad del período presidencial (74%), lo cual contribuiría con la rendición de cuentas o accountability.Incluso hay vientos a favor de la creación de un Senado, lo cual constituye un cambio en las preferencias ciudadanas. Debe recordarse que hasta hace muy poco un considerable sector de la población estaba en contra de la bicameralidad y el establecimiento de una cámara reflexiva y de mayor nivel para el debate de los asuntos públicos. Hoy, en cambio, 54% estaría de acuerdo con instaurar el Senado, probablemente cansados y hartos de las frustraciones que produce el quehacer congresal actual.Pero no solo eso. La encuesta revela, además, que la mayoría concuerda con la eliminación del voto preferencial (57%) y limitar del privilegio de la inmunidad parlamentaria, tal vez para cerrar la puerta a quienes buscan en la representación nacional la solución a sus problemas judiciales (69%); también está a favor de instaurar el voto voluntario o facultativo (86%), y con la creación de distritos electorales más reducidos, para no votar por regiones sino por espacios más pequeños, a fin de conocer a los candidatos (78%). Además, pide vigilar la constitución de las listas parlamentarias, que deberían definirse por elecciones internas supervisadas por la ONPE (87%).Aquellos parlamentarios cortoplacistas, que piensen que sus mandatos serán para siempre, bien podrían recoger ahora estas demandas ciudadanas indispensables para la gobernabilidad y el fortalecimiento del Estado de derecho en el Perú.