Unos dos mil pobladores de la provincia de Espinar, en Cusco, intentaron tomar por la fuerza el campamento de la minera Tintaya, en demanda de la construcción de obras públicas, causando destrozos y daños a su paso. Los lugareños avanzaron hasta la garita de control e intentaron palanquear las puertas, acción que fue repelida con bombas lacrimógenas por un número insuficiente de efectivos. A su vez, los manifestantes repelieron con piedras y otros objetos contundentes. También quemaron arbustos en las vías para evitar la movilización de vehículos. Uno de los dirigentes de la protesta, Porfirio Taypez, informó que demandan la entrega de US$ 20 millones para asfaltar la carretera Espinar-Arequipa, aproximadamente de unos 200 kilómetros. El vicepresidente de la minera, Lucio Ríos Quinteros, dijo que las demandas son "exageradas y absurdas", pues sólo responden a presiones políticas. Respecto de la posibilidad de iniciar un diálogo, indicó que "había elementos peligrosos y en consecuencia no podían entablar ninguna conversación". Reveló que Tintaya firmó un convenio marco en el que se comprometía a brindar anualmente un aporte comunitario, pero luego los pobladores exigieron esa elevada suma. A su vez, Oscar Gonzales Rocha, vicepresidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, pidió al gobierno "establecer el principio de autoridad".