La inflación cayó en setiembre (-0.9%) por segundo mes consecutivo (en agosto había caído 0.21%). Es la segunda vez en el año que se produce una caída consecutiva de este indicador (antes fue en mayo y junio). Con ello, la inflación anual disminuyó a 1.2% en setiembre (desde el 6.65% del 2008) y se ubicó por cuarto mes consecutivo dentro del rango objetivo del BCR (entre 1% y 3%). La reducción de la inflación refleja la debilidad de la demanda interna, pero no estamos ante una deflación (cuando los precios disminuyen producto de una caída en la demanda) que sí sería preocupante. Detrás de la caída de la inflación interna están las menores expectativas de inflación y factores transitorios como una menor inflación importada y reversión de los choques de oferta en los precios de alimentos, así como la caída del dólar que abarata algunos precios internos transados en esa moneda. El BCR prevé que la tendencia decreciente de la inflación continuará hasta comienzos del próximo año. Incluso estima que caiga por debajo del límite inferior del rango meta, con lo cual este año tampoco se cumpliría con él , esta vez por defecto. Sería preocupante que la inflación se mantenga por debajo de 1% el año entrante, porque eso reflejaría que la demanda interna sigue deteriorándose. Si bien el consumo interno mantiene un crecimiento (1.9% real en el segundo trimestre), se ha desacelerado fuertemente desde 9.3% en similar período del 2008, y la demanda interna se ha desplomado (a -5.5% desde 14.6% en similar período). Afortunadamente, según la proyección del BCR, la caída de la inflación por debajo del límite inferior del rango meta será solo temporal, entre fines del presente año 2009 y los primeros meses del 2010. Por lo pronto, los precios vinculados a la demanda interna (como restaurantes, mantenimiento del hogar, salud, esparcimiento y cuidado personal) registran una tendencia moderadamente alcista en los últimos meses, lo cual refleja el aumento del consumo privado. Algo similar ocurre con los precios de los materiales de construcción, que han comenzado a repuntar. Entonces, lo que habría que prever es el posible repunte de los precios del petróleo y de los insumos importados de alimentos, a medida que la economía mundial se recupere, para evitar el impacto alcista de ello en la inflación interna, como ya ocurrió antes de la crisis.