El Decreto Supremo publicado ayer por el Ejecutivo, el cual garantiza en el papel un abastecimiento mínimo para el Gasoducto Andino del Sur, funcionaría solo como una herramienta política para enfriar los reclamos del pueblo sureño. Los especialistas coinciden en que la norma resultará ineficaz mientras no haya una adenda en el contrato de explotación del gas de Camisea y asimismo se garanticen con reservas certificadas los volúmenes que serán destinados a este ducto.Ayer los presidentes regionales del sur saludaron la emisión del Decreto Supremo 068-2009-EM, el cual "establece la obligación para el contratista de abastecer la demanda de la zona sur del país con un volumen de reservas no menor a un trillón de pies cúbicos (1 TCF) de gas natural", señala la norma. "Esta es una gran noticia. Con ello queda sin efecto el ultimátum que le habíamos dado al gobierno para que garantice gas al proyecto", refirió el presidente de la Región Cusco, Hugo Gonzales.