Bogotá es una ciudad parecida a Lima. La construcción está en auge, el dinamismo de la ciudad es desmedido y el tráfico de vehículos intenso. Se trata de una urbe de cerca de ocho millones de personas en constante trajinar. Sin embargo, a diferencia de Lima, por debajo de las calles bogotanas corre un poderoso recurso que ha mejorado la economía de Colombia. Un recurso al que también tiene acceso el Perú pero que no lo aprovecha de la misma forma: el gas natural. Colombia es el país que más éxito ha tenido en la masificación del gas. En solo 15 años ha logrado llevar el gas natural a 472 poblaciones y ha beneficiado con este servicio a más de 5 millones de usuarios. En eficiencia, su expansión ha superado a Brasil y Argentina, que han demorado más años en desarrollarse. Para hacer una comparación con el Perú: solo Lima cuenta con el servicio, mientras en el país de la cumbia son 472 poblaciones que la disfrutan. Como para sentirnos más incómodos con las cifras, a la fecha se calcula que solo 15.000 usuarios de Lima tienen el servicio, mientras que en Bogotá un millón y medio de residencias reciben el gas natural. Y en Colombia hay más de 5 millones gozando de este recurso.El secreto está en una marcada planificación. Antonio Celia, presidente de la empresa colombiana Promigas, cuenta que esto partió de un estudio realizado por el Estado en los años 90 sobre cuán rentable era que la población tuviera gas frente a otras fuentes energéticas. Se evaluó todo, desde el costo industrial y eléctrico, hasta el hecho de que poblaciones enteras estuvieran cocinando con leña y, por defecto, el impacto ambiental por la deforestación.(Edición domingo).