El prófugo Alberto Fujimori parece empeñado en recuperar a su manera la escena pública y mediática y salir de su escondrijo en la capital de Japón, el país que lo acoge desde noviembre del 2000.Tras su inopinada aparición en el consulado peruano en Tokio para pedir la renovación de su documento de identidad peruano (¿no se proclama súbdito japonés?), la segunda sorpresa de la semana la trajo ayer un cable de Efe fechado en la capital nipona.Según éste, el ex mandatario alista, para inicios de noviembre, su boda con Satomi Kataoka.Mientras tanto, las reacciones por los hechos en el consulado en Tokio continúan y el presidente del Poder Judicial, Walter Vásquez Vejarano, los calificó de una comedia armada con fines políticos. Coincidió con la cancillería en que se hizo bien en no detener al ex jefe del Estado. "Hubiera sido como añadirle un aderezo a la publicidad que buscaba y de la que tal vez iba a salir victorioso".(Edición sábado).