Esta semana se llevó a cabo una reunión de ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de los países que conforman la Unasur, cita que ha dejado frustrados a algunos y ha acentuado los entredichos entre algunas de las 12 naciones que la conforman. Como era de esperarse, el tema principal de la cita fue el acuerdo entre EE.UU. y Colombia, el cual va a permitir a Washington utilizar bases militares colombianas para la lucha antidrogas. En la cita de Unasur en Ecuador; Bolivia y Venezuela exigieron a Colombia que revele el contenido del acuerdo alcanzado con EE.UU., el cual para el presidente Hugo Chávez es una amenaza para Venezuela y la región. La exigencia fue uno de los grandes obstáculos que frustraron el logro de avances en la reunión, incluso llevó inicialmente a Colombia el no descartar un retiro de la Unasur, opción que ahora rechaza. Si bien Colombia, como nación soberana, puede firmar los acuerdos que crea convenientes, debería dar los pasos necesarios para calmar temores que han surgido en algunas naciones, una falta de flexibilidad que ha hecho notar el Perú. No obstante, tampoco se puede centralizar la agenda de la Unasur en el acuerdo de Colombia con EE.UU., dejando de lado temas tan relevantes como las recientes compras de armas de Venezuela y Brasil. Chile tampoco está exento de estas medidas. Si bien hace unas semanas se presentó un proyecto para acabar con la ley que obligaba a entregar el 10% de las ventas de Codelco a las fuerzas militares chilenas, ella se da una vez que estas han sido fortalecidas. Además, ello no significará que dejará de destinar fondos a sus fuerzas armadas, solo que ahora los planes de gasto deberán ser aprobados por el Congreso chileno. Chile rechazó además la propuesta peruana de un pacto de no "agresión militar", argumentando que no existe un clima bélico en la región. Pero lo innegable es que actualmente existe un mayor gasto militar en la región. En momentos en que muchos países afrontan problemas económicos, resulta inconcebible que se destinen millones de dólares a compras de armas cuando existe una guerra contra la pobreza que lleva años sin lograr mayores avances en la región. He ahí una lucha a la cual se deberían abocar los gobiernos.