CONTROL DE INSUMOS EN EL PAPEL
14 de septiembre de 2009

Desde hace más de dos decenios hemos sostenido desde aquí que uno de los modos más eficaces -aunque no el único- de estrangular al narcotráfico consistía en el establecimiento de formas efectivas de control del abastecimiento de insumos químicos, sin los cuales es imposible realizar la transformación de la hoja de coca en PBC y de esta en clorhidrato de cocaína. Por eso apoyamos la medida anunciada por el gobierno hace meses, cuando se comunicó a la población que se procedería a prohibir por completo el ingreso de kerosene al Vrae antes de un año, y que la medida se haría extensiva a todo el territorio nacional a medida que el kerosene para uso doméstico fuera sustituido por el gas. Es verdad que agregamos que era incompleta, pues además del kerosene hay que proceder a prohibir los envíos de ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, permanganato de potasio y otros insumos que se utilizan en la producción de droga. Pero a la vez insistimos en que se trata de un proceso paulatino y que requiere de infraestructura técnica para romper la red instalada por las mafias de traficantes. Con motivo de la gravísima situación producida por los últimos sucesos en el Vrae, el Ejecutivo ha dictado una norma legal que adelanta los plazos y pone en vigencia la prohibición desde ahora. Sin embargo, nos tememos que dicha interdicción solo existe en el papel y carece de modo de ser aplicada. Es que la norma no indica plazos de ejecución ni modos de financiamiento, con lo cual no pasa de ser un inofensivo saludo al banderín, sin efecto concreto. En efecto, ¿dónde están las garitas de control carretero dotadas de personal especializado e instrumentos de detección de los insumos? Se ha dicho que todos los vehículos que se dirigen al Vrae deberán contar con el sistema GPS a fin de ser ubicados en forma permanente, ¿cómo se va a hacer operativo este control? Y tampoco está lista la red que liga -para fiscalización- a la Sunat con los 7,000 compradores de kerosene que existen en el país. Inútil es entonces engañarnos. Tal cual está, la norma solo establece un control simbólico e ineficaz, pues no tiene manera de cortar el tráfico de insumos sobre el terreno. Para que funcione, sería necesario formular de inmediato un llamado a la comunidad internacional a fin de que apoye con cooperación esta medida clave. Y lo último, pero no lo menor, prohibir el ingreso de insumos al VRAE sin hacerlo también en el Monzón es quedarse a mitad de camino.