Mientras los médicos señalan que varios comuneros heridos de bala en el conflicto del miércoles siguen en estado delicado, la bomba de tiempo en que se ha convertido la minera Antamina no es desactivada. Ayer se realizaron protestas. Afortunadamente no llegó al choque frontal con la Policía. En este marco, el Gobierno Regional de Áncash culpó a la minera de promover la represión de los comuneros del distrito San Marcos, provincia de Huari, y pidió explicaciones al Ministerio de Interior (MININTER) por la intervención policial que acabó en balacera.César Álvarez, presidente regional de Áncash, denunció vía la Coordinadora Nacional de Radio que la minera incumplió compromisos con la población de San Marcos, además de contaminar el río Juprog, que abastece de agua a la localidad.(Edición sábado).