INTERCONEXIÓN O INTEGRACIÓN ENERGÉTICA
7 de septiembre de 2009

El Perú necesita una política energética integral y coherente que potencie las diferentes fuentes energéticas, que guarde equilibrio y equidad en la distribución de costos y beneficios, y que evite que las políticas de gobierno que se tomen obedezcan a intereses que no tienen nada que ver con el desarrollo del país. En ese sentido, hay que analizar el acuerdo energético suscrito con Brasil para la construcción de seis hidroeléctricas en territorio peruano y los estudios de interconexión eléctrica para abastecer de energía eléctrica al mercado brasileño.Pero, ¿qué busca el Perú con este acuerdo?, ¿cuenta el país con una política energética? ¿Qué beneficiaría más al Perú, una integración o una interconexión energética? Todas estas preguntas deben ser respondidas por quienes vienen promoviendo estos acuerdos. Hay que reconocer que Brasil, a diferencia nuestra, maneja muy bien su estrategia geopolítica y geoeconómica a largo plazo, y ha aprendido hace mucho tiempo a hacer política de su geografía, el Perú ni siquiera se asoma a algo similar. Por eso, las intenciones de Brasil son muy claras: necesita satisfacer de energía eléctrica a algunas de sus ciudades, facilitar la salida de sus productos hacia los puertos del Pacífico y afianzar su presencia geopolítica en América del Sur. La matriz energética de Brasil, pese a estar compuesta en un 80% por fuentes renovables, afronta una serie de inconvenientes para la reducción de emisiones de gases, y viene luchando contra la deforestación de su Amazonía lo que ha motivado una fuerte oposición y movilización social en contra de la construcción de hidroeléctricas. A la fecha, los proyectos de articulación de la infraestructura regional sudamericana han apuntado solamente a construir infraestructura para bajar precios, pero se trata de apenas de una interconexión física para transportar electricidad que no tiene en cuenta cuestiones como la eficiencia energética, el cuidado del ambiente o el desarrollo sustentable de los proyectos. En cambio, una integración energética apunta a mejorar los niveles de sustentabilidad con un concepto amplio de desarrollo y mediante un enfoque de complementariedad. Los desafíos que debe enfrentar en el futuro el Perú le exigen aprovechar las ventajas que le proporciona la riqueza de uno de sus escenarios geográficos más ricos: la Amazonía y sus reservorios de agua dulce, y ser capaces de negociar en igualdad de condiciones acuerdos energéticos amplios que vayan mas allá de infraestructuras e intercambios de energía al costo, sino que impliquen la complementación de tecnología de otras alternativas energéticas, como son los biocombustibles y energía nuclear.No se trata, pues, de ser pesimista, pero no podemos dejar de mencionar que a la fecha la sola construcción de infraestructura no ha solucionado los problemas de nuestras regiones. Ojalá que en unos años no digamos que nadie sabe para quién trabaja, señaló Rolando Páucar Jáuregui, físico nuclear.

  • [Gestión,Pág. 30]
  • /