Con mucha satisfacción, el presidente de la República, Alan García Pérez, anunció que antes de 2011 nuestro país tendrá instalada una planta petroquímica o, en el peor de los casos, en la fase final de construcción. Este trascendental paso permitirá al Perú subir un escalón más en el concierto de Estados en la comunidad internacional. Qué duda cabe, tal como lo sostiene el Jefe del Estado, que esta planta petroquímica permitirá al Perú diferenciarse del resto de países de la región que aún no cuentan con una industria de ese nivel. Por ello, en consecuencia, nuestro Estado-nación, mediante este Gobierno y los sucesivos, deberán promover e impulsar la petroquímica, que es fundamental para lograr el desarrollo de la industria, esto es, entre otras actividades productivas, transformar el gas en plástico, etcétera. En este sentido, es oportuno señalar que resultó de singular importancia declarar de interés nacional y de necesidad pública una industria naciente, como bien lo ejemplifica la experiencia internacional, pues, se trata de promover producción de bienes con valor agregado a partir de los recursos naturales. Está demostrado, a través de la historia, que los países que industrializaron sus materias primas dieron un paso importante para alcanzar el ansiado progreso y desarrollo. Además, es pertinente recordar que el dictamen que tenía la finalidad de promover la inversión en la industria petroquímica se aprobó en 2007 por mayoría de votos en la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la República. Así como se declararon de interés nacional los proyectos mineros y las reservas naturales, también se le concedió este estatus a una industria que promueve el valor agregado a partir de la transformación del metano y etano, que posibilita inicialmente la producción de urea, fertilizantes y amoníaco, para más tarde producir explosivos, plásticos, etcétera. De este modo, una vez cubierta la demanda del mercado interno, pasaremos de importadores de fertilizantes y urea a ser exportadores de éstos, lo cual, indudablemente, capitalizará más al país. Vale agregar que, en la experiencia internacional, el desarrollo de la industria petroquímica en la mayoría de países ha sido posible por la intervención del Estado. De ahí que resalta que el Gobierno Central promueva la instalación de una petroquímica en nuestro país. En suma, se puede decir que la petroquímica es una vital industria que marcará, sin duda alguna, notables diferencias con los países vecinos de la región.