El calendario electoral no puede estar más ajustado; sin embargo, algunos congresistas se desentienden de su función legislativa y faltan a sesiones clave como si con ellos no fuera la cosa. Ayer, mientras la mayoría de la prensa cubría la esperadísima y novelada presentación de Lady Bardales ante el Poder Legislativo, en otra sala del Parlamento un exiguo contingente de periodistas esperábamos el arranque de la que debió ser la más importante reunión de la Comisión de Constitución de esta semana. Pero no pasó nada. Transcurrieron cincuenta larguísimos minutos desde la hora de inicio y apenas había siete de los diecinueve parlamentarios convocados. Como era imposible sesionar sin quórum, se levantó la sesión. ¿El resto de miembros? No se sabe, pero una de dos: o se olvidaron de su trabajo en las comisionados, o se quedaron en sus oficinas viendo por la tele a la Bardales. Recién este jueves, la Comisión revisará (y ojalá apruebe) las recomendaciones alcanzadas por el grupo formado por representantes del Congreso, el JNE, la ONPE y el Reniec.