RELACIONES CON CHILE : HORA DE LA CORDURA
15 de mayo de 2005

Hay que rechazar, por altisonantes y desafortunadas, las expresiones del ex ministro de Defensa chileno Edmundo Pérez Yoma, las que, hasta donde sabemos, no representarían necesariamente la opinión del Gobierno de Chile. Con una actitud extremista y confrontacional, el ex funcionario ha dicho que "lo peor está por venir", y ha acusado al Gobierno de Lima de supuestamente inflar el tema chileno para distraer la atención pública interna. Ante eso hay que reconocer que el manejo diplomático del tema por nuestra cancillería puede no haber sido perfecto en las formas. Pero también debe recordarse que la denuncia no se originó en Lima, sino en Ecuador y también que el Gobierno Chileno ha reconocido que entregó armas al país del norte en 1995, a pesar de su condición de garante del Protocolo de Río de Janeiro. Asimismo, resulta sumamente revelador que el señor Pérez Yoma haya manejado la cartera de Defensa en 1995, en cuyo contexto habría que reevaluar sus declaraciones y el papel que eventualmente le tocó jugar entonces.En tal escenario, suspendidos temporalmente los mecanismos de diálogo entre el Perú y Chile, lo coherente y responsable es reiterar la invocación a ambos gobiernos para bajar el tono del discurso político y retomar las vías diplomáticas apropiadas para zanjar el problema. En tal sentido, aunque no representa oficialmente la voz del Gobierno como tal, hay que saludar la buena disposición al diálogo y la intermediación de los presidentes de ambos congresos.Eso es lo que se necesita en todo nivel. Voces sensatas para hacer entender a Chile que la exigencia de hacer públicas las discretas disculpas de 1995 es algo relativo frente a la magnitud del hecho principal; y a las autoridades peruanas que no deben cerrar ninguna puerta para superar el desencuentro. Como lo hemos dicho previamente, deben quedar atrás las posturas chauvinistas y soberbias que solo elevan la temperatura política, agudizan la crisis y bloquean el desarrollo. Es mucho lo que perdemos ambos países con estos desentendimientos que ponen en riesgo la estabilidad de una vecindad importante y cruciales proyectos de complementación bilateral.(Edición sábado).

  • [El Comercio,Pág. A 4]
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