América Latina y el Caribe recibirán este año US$62,000 millones en remesas, un 11% menos que el año pasado, como consecuencia de la crisis global que está limitando la capacidad de los inmigrantes para enviar dinero a sus países de origen, precisó ayer el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Luis Alberto Moreno, presidente del BID, anotó que las remesas han caído menos que otros flujos financieros privados debido a que "las personas continúan haciendo sacrificios para ayudar a sus familias".