NARCOTERRORISMO: ES LA HORA DE ACTUAR
11 de agosto de 2009

El narcotráfico obtiene US$ 22,000 millones por la comercialización de la cocaína que sale del Perú, según Devida, y ya representa el 17% del PBI. De unos US$ 2,200 millones que se quedan en el Perú, alrededor de US$ 2,035 millones es dinero lavado, por lo que se afirma que el narcotráfico es el primer corruptor en el país.También hay efectos sociales y políticos. Miles de familias peruanas campesinas viven de la venta de hoja de coca para el narcotráfico. Además, el Perú ya produce el 36% de la cocaína mundial y en las zonas productoras el consumo de drogas se elevó en 200%; en las zonas de tránsito, 100%; y en las cercanas a los puertos, 50%. De otro lado, existe una alianza peligrosa para la seguridad del país, entre el narcotráfico y los remanentes terroristas, quienes le dan seguridad y controlan rutas de comercialización. A pesar de la gravedad del problema, no se ven muchos avances en la lucha contra el narcotráfico y su aliado el terrorismo. Si bien ayer en su exposición del plan de gobierno el primer ministro anunció varias medidas para enfrentar el narcotráfico, todavía está por verse si se concretarán.Por ahora, el presupuesto que manejan todas las entidades encargadas de luchar contra este flagelo no llega a los S/. 400 millones, 15 veces menos de lo que dispone el narcotráfico en el país. En segundo lugar, no hay una coordinación fluida entre las Fuerzas Armadas y la Policía para enfrentar el problema, como ha señalado el general Jorge Montoya, ex presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas hasta fines del 2007, quien plantea que la Policía Nacional tiene que estar bajo el mando de las FF.AA. En el VRAE para que la acción contra el narcoterrorismo sea puntual y efectiva.Hay que resolver este entrampamiento, pero consideramos que lo primero debe ser contar con una estrategia clara e integral: una política de Estado para enfrentar al narcotráfico con recursos suficientes, inteligencia bien coordinada y de manera permanente. También se necesitan sistemas de evaluación periódica de las acciones que se tomen, a fin de informar sobre su eficacia. Dada la magnitud y gravedad del problema, es el momento de actuar y evitar los diagnósticos enormes sin acciones efectivas.

  • [Gestión,Pág. 30]
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