¿Cuán grave es la amenaza de Sendero? Por: Augusto Álvarez Rodrich alvarezrodrich@larepublica.com.pe La discusión sobre si Sendero Luminoso (SL) aún es una amenaza nacional confirma que sigue invicta la incapacidad del país para debatir, con seriedad, sobre temas capitales debido a la frecuente vocación de llevar agua para el molino propio. El debate se reactiva cada vez que hay un ataque terrorista y, en lugar de evaluar a fondo el plan VRAE, se busca aprovechar el incidente para obtener algún beneficio particular. Esto ha ocurrido con el comentario que hace poco hizo Ollanta Humala de que “tanto SL como el MRTA son grupos ya derrotados y no constituyen problema de seguridad nacional”, el cual puede parecer contradictorio con el asesinato de cinco personas –incluidos tres policías– en Santillana, un distrito de Huanta, por un ataque narcosenderista. Un debate que busque soluciones antes que a sacar provecho político, debiera concluir que, felizmente, SL ya no es una amenaza para el estado peruano –como sobredimensionan el Apra, el fujimorismo, el vicepresidente Luis Giampietri y sus ujieres mediáticos–, pero que eso no debe eludir, en modo alguno, la tarea indispensable de terminar cuanto antes con este rezago terrorista que hoy es guachimán del narcotráfico. En esa línea fue el comentario que anteayer hizo el ministro del Interior, Octavio Salazar, pero inmediatamente le cayó con todo la maquinaria aprista para que cambie su versión simplemente porque esta coincidía con la de Ollanta Humala. Es un cargamontón similar al que se le ha hecho, por decir lo mismo, a Carlos Tapia, injustamente acusado por la prensa oficialista de ser ‘filosenderista’, una versión que ha sido desbaratada con lucidez por el periodista Pedro Salinas en http://lavozatidebida.lamula.pe/2009/08/05/filosenderista/. Un debate bien orientado también debiera concluir que un problema de fondo en zonas como el VRAE es la falta de presencia del estado. Una expresión de ello ha sido ver al alcalde de Santillana, Renol Pichardo Ramos, deambulando esta semana por Lima para que lo atienda alguna autoridad del gobierno. El presidente Alan García debiera recibirlo cuanto antes en Palacio como expresión del respaldo político a la lucha contra el terrorismo, o quizá ir él mismo al distrito. En este contexto, es importante la declaración de ayer del presidente García en la que destacó que la erradicación de SL tomará tiempo pero que “el problema que tenemos ahora no es ni la décima y quizá ni la centésima parte de lo que en los años 80 se tenía”. Agregó que “por un tiempo vamos a tener ese tipo de agresiones a las que tampoco hay que presentar como si fueran la amenaza contra la democracia total”. Ojalá lo escuchen su barra brava del periodismo y del partido.