Hace menos de un año, la élite peruana catalogaba al país como el "Tigre de Latinoamérica" y proyectaba que entraría en una mágica fase de sostenido crecimiento económico que dejaría atrás al resto de la región. La economía del Perú, un importante exportador de minerales, gozó de una fuerte expansión durante la última década y cerró el 2008 con un crecimiento cercano al 10%, apoyada por la escalada de los precios de los metales ante el voraz apetito de China.Pero este año -analiza la agencia Reuters-, nuestra economía, con suerte, lograría crecer. La desaceleración ha sido mucho mayor a la prevista y evidenció la dependencia de sus exportaciones de materias primas. Los envíos de metales, por ejemplo, representan el 60% de las exportaciones del Perú.