El ministro de Economía y Finanzas (MEF), Luis Carranza, ha asumido el liderazgo de una tarea que se ha tenido pendiente por mucho tiempo: mejorar sustancialmente la competitividad del país. Debemos destacar que el titular del MEF no se limitó a hacer el anuncio el jueves de la semana pasada, sino que presentó un plan de trabajo con objetivos claros: pasar del puesto 62 al 25 en solo dos años en el ranking Doing Business que elabora el Banco Mundial para medir el clima de negocios en 181 países del mundo.Ello significa que si se alcanza la meta, el Perú ocupará el primer lugar en América Latina (actualmente es octavo) y aunque a muchos les parecerá demasiado ambicioso convertir en tan poco tiempo tantas debilidades estructurales en fortalezas -y en áreas tan diversas-, lo cierto es que la economía peruana lleva ya demasiado tiempo esperando para que su potencial sea aprovechado al máximo.El plan de competitividad del MEF ha identificado los puntos que requieren más atención. Entre ellos figuran las facilidades para abrir negocios, permisos de construcción, cumplimiento de contratos y empleo, entre muchos otros, lo que indica que para ponerse a trabajar se requerirá que el ministro Carranza afine su capacidad de convocatoria y consiga que todos los involucrados asuman la parte de responsabilidad que les compete. Sería un error pretender hacerlo todo desde una oficina en el centro de Lima.En ese sentido, alcanzar las metas del plan implicará la participación de los gremios empresariales, los gobiernos regionales y municipales, los ministerios y sus órganos adscritos, los organismos reguladores y hasta el Poder Judicial y el Congreso, aunque debemos acotar que se tiene que desterrar la creencia de que las limitaciones que obstaculizan un clima de negocios óptimo en el país solo podrán solucionarse con nuevas leyes. También será clave la participación del Consejo Nacional de la Competitividad (CNC), ‘el think’ creado justamente para impulsar mejoras en las condiciones en las que el Perú compite en el mundo y que en la práctica no ha funcionado.Ha llegado la hora de poner manos a la obra. Mejorar la competitividad del país no dependerá solamente del MEF, pero en vista de que liderará el plan, deberá marcar la pauta.