No queda duda de que este año no será el mejor para la minería peruana, y por ende tampoco para todos los negocios que se mueven a su alrededor, como las actividades de fundición y metalurgia. Pero estas no parecen ser razones suficientes para algunas empresas por las que se deba ‘bajar la guardia’.Así, Metalúrgica Peruana (Mepsa) ha optado por ver el otro lado de la moneda, asumiendo este período como una etapa de preparación para lo que vendrá en el 2010, pues cuando la demanda se reactive se requerirá de compañías con más capacidad de respuesta que hace tres a cuatro años atrás, aseguran.Y es que si bien las órdenes de pedidos de bolas de molienda y piezas fundidas (sus principales productos) han caído en comparación al 2008, igual se muestra movimiento en la industria, pues los proyectos mineros siguen avanzando. Tal es el caso de Toromocho, Río Blanco, la ampliación de las operaciones de Shougang y de Southern.