A poco de que el Fondo Monetario Internacional diera a conocer sus pronósticos para la economía mundial, la Comisión Económica para América Latina (A.L.) y el Caribe (Cepal) anunció unas previsiones algo más sombrías para la región. No obstante, afirma que la crisis mundial no implicará una nueva "década pérdida" en A.L. La Cepal advierte, sin embargo, que la crisis ha desplomado el comercio y las remesas, dinero importante para los sectores más desfavorecidos de la región, y también que se incrementará el nivel de desempleo. La Cepal estima ahora una contracción de la economía latinoamericana de 1.9% en el 2009, periodo en el que el PBI de México se desplomará 7%. Brasil también se contraería 0.8% este año. Una situación menos desfavorable registrarán Bolivia, Panamá y el Perú, los cuales crecerán menos que años anteriores, pero en niveles destacables, si se considera que en el 2009 la mayoría de economías de la región y el mundo, se contraerán. Sin duda, una de las razones de los destinos diferentes de los países de la región en este año ha sido lo preparadas que han estado algunas naciones frente a la crisis. Preparación que además permitirá que algunas superen sus efectos de forma más rápida. Para el 2010, por ejemplo, el Perú (5%) y Panamá (5%) liderarían el crecimiento en la región, según la Cepal, seguidos de Brasil, Chile, Colombia, Bolivia, Uruguay y Venezuela (con 3.5%). En total, la Cepal estima que en el 2010 la región avanzará 3.1%. Por ahora, es alentador el que la OCDE ya perciba que Brasil está en una senda de la recuperación. Y es que dicho país fue uno de los primeros en reaccionar frente a la crisis y ha destinado el 8.5% de su PBI a medidas contracíclicas. Asimismo, hay que destacar que los pronósticos para el Perú son aún favorables, ya que en medio de contracciones en la región, nuestro país es uno de los pocos que aún registraría una leve expansión en este año. Sin embargo, ello no significa que podamos dormirnos en nuestros laureles, ya que, dada la incertidumbre actual, no se puede descartar totalmente un posible agravamiento de la situación mundial. Sin duda, lo mejor será tener medidas de contingencia previstas, las que, de requerirse, deberían poder implementarse rápidamente.