NUEVO GABINETE: DEMOCRACIA, DESARROLLO Y PAZ SOCIAL
10 de julio de 2009

La dispar y, en general, relativa convocatoria a las jornadas de protesta de los últimos días debe merecer una objetiva y prudente lectura tanto de las dirigencias gremiales y políticas cuanto del Gobierno.En la mayor parte del país la ciudadanía rechazó las consignas radicalizadas que promovían una paralización que rebasaba cualquier ámbito sindical, pues iban hasta el exceso de pedir la vacancia presidencial y el cambio de modelo económico. Por tanto, el mensaje implícito de ese rechazo ha sido el reconocimiento de que hoy se necesita trabajar y poner el hombro para no arriesgar lo que ya se ha avanzado, tanto en lo económico como en lo social a lo largo de varias décadas de sacrificio nacional.Sin embargo, no caben posturas triunfalistas, porque el fracaso de un paro no borra el hecho de que la paz social ha sido severamente afectada por una serie de graves conflictos violentos como los de Bagua, Andahuaylas y Sicuani, lo que demanda una reacción acorde por parte del Gobierno para recuperarla.Esto es lo que debe entender el Gabinete que se nombre en las próximas horas cuando deba elaborar su plan de Gobierno para la recta final del segundo régimen aprista. De modo que las prioridades deben ser seguir promoviendo un diálogo pluralista y prudente, en una paralela restauración del orden público y una sostenida recuperación de la tranquilidad de la nación. Todo ello dentro de formas democráticas participativas, descentralizadas, con afirmación de la economía social de mercado, y una auténtica reforma del Estado que permita profundizar la lucha contra la pobreza y la corrupción.Entre tanto, y tomándole la palabra al secretario general de la CGTP, Mario Huamán, quien ha dicho: "Nosotros defendemos el régimen democrático", pues lo coherente y sensato, si pensamos en la gobernabilidad del Perú, sería promover una especie de tregua política y social y continuar con las mesas de diálogo para acercar posiciones.Tenemos la obligación de consolidar la democracia y el desarrollo económico y social, de manera pacífica, para beneficio real de todos los peruanos.