La paralización de la fundición y refinería de Doe Run en La Oroya generó que los mineros del centro tengan que reorientar sus concentrados que le vendían a esta empresa a la exportación. Según se supo, esto, a su vez, habría originado que los dos depósitos mineros del Callao, a cargo de Cormin y Perubar, rebalsaran durante un par de semanas su capacidad en junio. Asimismo, los volúmenes de embarque en el puerto pasaron de 470.000 a 520.000 toneladas mensuales, lo que ocasionó inconvenientes en el Muelle Norte. Lo llaman efecto Doe Run.