Ayer el rostro de Sally Bowen mostraba indignación y molestia. Parecía no creer lo que escuchaba y, efectivamente, nadie lo creía, ni los periodistas locales ni los corresponsales extranjeros que se habían congregado en el Palacio de Justicia para asistir a la lectura de sentencia en contra de las periodistas. Cerca de Bowen, autora del "El espía imperfecto", se encontraba su demandante, el cuestionado empresario aerocomercial Fernando Zevallos, junto a su abogada y a sus guardaespaldas, quienes sí parecían creer lo que escuchaban. Al frente de ambos estaba el representante de la justicia, Alfredo Catacora, titular del Juzgado Penal 11 de Lima, que escuchaba cómo su relator daba cuenta del insólito fallo. El fallo sorpresa concluyó que Bowen, su colega Jane Holligan (coautora del libro, que no asistió a la audiencia) y la editorial Peisa (que publicó la obra, y en condición de tercero civilmente responsable) tendrán que pagar, entre los tres, 10 mil soles como reparación civil por difamar a Zevallos en el libro "El espía imperfecto", una investigación periodística. En la publicación se recoge la versión del ex colaborador de la DEA, Óscar Benítez Linares. quien, desde la prisión, dijo que el llamado 'Lunarejo' tenía vínculos con el narcotráfico. Y no solo eso. el juez Catacora les reservó el fallo condenatorio, en lo referido a los años de prisión que debió imponer a las periodistas extranjeras, pero la no imposición de la condena implica que Bowen y Holligan quedarán sujetas a ciertas reglas de conducta por un período de prueba, que en este caso se fijó por un año.