UN PREGÓN POR LA PAZ Y EL DESARROLLO
2 de mayo de 2005

Los pobladores de Cajamarca no lo podían creer, por lo que los comerciantes, artesanos y amas de casa se asustaron y prefirieron al principio cerrar sus puertas. No vaya a ser que a río revuelto, ganancia de la turba. Mientras ponían a buen recaudo sus pertenencias, el que menos pensó en una movilización que causaría otra vez más violencia. Total, los cajamarquinos ya se estaban acostumbrando a esas marchas. Sin embargo, a medida que pasaban los minutos y la nutrida movilización de más de 5.000 personas avanzaba con arengas que fomentaban la paz, el desarrollo, el trabajo y la vida, el panorama fue cambiando y la mirada de los ciudadanos fue más escrutadora para observar a esa masa humana que ocupaba más de un kilómetro de la calle. ¿Quiénes serán?, se preguntaban. Poco a poco fueron apareciendo ante ellos los rostros de empresarios, trabajadores, campesinos, ronderos e integrantes de diversas organizaciones. "Cajamarca, te quiero progresando", "No a la violencia", "Cajamarquino ama tu tierra, tu trabajo y a tu familia", eran las frases que coreaban hombres, mujeres, ancianos y niños que marchaban organizadamente. Al ver esta situación, varias amas de casa se unieron a la movilización.