En la coyuntura que vivimos, todos los peruanos debemos incrementar nuestro esfuerzo para lograr un ambiente de paz, comprender, respetar e incorporar al desarrollo a los pueblos hasta hoy marginados y trabajar juntos por un crecimiento social y económico sostenible e inclusivo. Según el ministro Antonio Brack, en la selva hay diez millones de hectáreas deforestadas, inhabitadas y sin registro de reserva natural, disponibles para la agricultura. La región San Martín tiene un potencial de dos millones de hectáreas aptas para el cultivo de arroz, palma aceitera, cacao, palmito, frutas, entre otros. Afirma que entre Loreto, San Martín y Ucayali existen 1,6 millones de hectáreas para la siembra de palma aceitera o piñón, que pueden destinarse a la elaboración tanto de aceites comestibles como de biocombustibles. Esta actividad de desarrollo agrícola es indispensable para nuestro país y se puede lograr sin afectar la propiedad de las comunidades indígenas.Con un mayor número de hectáreas de palma aceitera, el Perú estaría en condiciones de autoabastecerse de aceite para consumo humano y tendría suficiente materia prima para desarrollar una competitiva industria de biocombustibles. Esta condición nos convertiría en uno de los cinco primeros productores mundiales de aceite de palma, generando 125.000 empleos formales directos por 30 años y miles más indirectos. El modelo exitoso de Colombia (400.000 hectáreas) y de Ecuador (200.000 hectáreas) se puede replicar en el Perú, que hoy solo tiene 35.000 hectáreas. Otra condición indispensable para fomentar el desarrollo nacional es mejorar nuestra red vial. No es posible que hoy el flete del aceite crudo de palma que se importa de Ecuador o Colombia hasta el Callao cueste la mitad que el transporte desde nuestra selva a Lima. Actualmente se pierde, por el mal estado de la carretera Fernando Belaunde Terry (Marginal de la Selva), entre el 30% y 40% de la carga de fruta proveniente de la Amazonía. La culminación de su asfaltado reduciría en 30% el costo de los productos, mejoraría en 50% el nivel de vida de la población en la selva y propiciaría que los cultivos ilícitos de coca se alejen de la zona, como sucede hoy en los valles del Bajo Huallaga.Por el pésimo estado de los puentes, hoy es imposible trasladar productos de manera directa por la carretera Fernando Belaunde Terry de Tocache a Yurimaguas (477 km), lo que obliga a recorrer 1.708 km adicionales, vía la ruta Tocache-Lima-Olmos- Jaén-Tarapoto-Yurimaguas.La asociación público-privada representa un mecanismo viable para promover el desarrollo de la infraestructura.Una herramienta que asegura una eficiente coparticipación está enmarcada en la Ley 29230, que la promueve. Confiamos en que el Ministerio de Economía atienda la solicitud presentada por el sector Transportes, los presidentes regionales de Lima y Pasco y los empresarios, para modificar su reglamento a fin de que podamos invertir en la carretera Fernando Belaunde Terry y en otras. El Alto Huallaga es una zona subutilizada que podría convertirse en un importante eje agrícola, cuya producción abastecería el mercado nacional, la potencial demanda de Manaos (Brasil) y otros mercados de exportación.Trabajemos con responsabilidad por un Perú integrado, que utilice de manera racional todo su potencial productivo. Promovamos oportunidades de crecimiento y bienestar para los pueblos del oriente, a través de la inversión eficiente y de una legislación promotora, que genere el desarrollo sostenible, señala el banquero Dionisio Romero Paoletti.