LA HERENCIA DE UNA NEFASTA PRIVATIZACIÓN
3 de junio de 2009

Una pésima privatización y la ausencia de monitoreo llevaron a esta crítica situación. Para el analista Jorge Manco Zaconetti, la situación de incertidumbre que actualmente se vive en el complejo de La Oroya, con las operaciones paralizadas por parte de minera Doe Run, son consecuencia de una deficiente privatización de Centromín Perú, en que se optó por la venta fraccionada de sus complejos-minas, el camino más expeditivo para deshacerse de valiosos activos estatales para valorizar el capital privado. "El vender por separado las unidades mineras de Andaychagua, San Cristóbal y Cerro de Pasco a Volcan, y el complejo de La Oroya a Doe Run, significó que para el complejo depender mayormente para sus operaciones de la producción de concentrados provenientes de terceros, lo cual generó el entrampamiento actual", sostuvo.