La bancada nacionalista planteó la creación de un impuesto al daño ambiental causado por actividades que utilizan agua embalsada, y que busca gravar a las hidroeléctricas, a fin de que estas compensen y reparen los impactos negativos por el deterioro del patrimonio fluvial y ecológico que ocasionarían dichas plantas.La iniciativa indica que este impuesto será de aplicación en todo el territorio nacional, a daños causados por la generación eléctrica mediante el uso de agua embalsada, siempre y cuando, además de suministrar energía al mercado nacional, sea para la exportación.