HACIA LA MASIFICACIÓN DEL GAS NATURAL EN EL PERÚ
20 de mayo de 2009

Hace pocos días tuvimos la visita de Guillermo Perry, conocido economista colombiano, quien nos presentó la envidiable realidad de la política energética colombiana. Política de Estado que se ha venido aplicando en los últimos años y que tiene como uno de sus pilares la masificación del gas natural.Ya es consenso que en el Perú no hemos hecho bien las cosas en planeamiento energético. Las normas para la explotación del gas de Camisea se hicieron bajo la presión de una eventual carencia de demanda. El principal error fue detener la inversión en hidroeléctricas. Y en lo que respecta al uso del gas, se está cometiendo el error de quemarlo en generación eléctrica sin el uso de plantas a ciclo combinado, desperdiciando de hecho un recurso que, como sabemos, es escaso. Camisea ha generado beneficios enormes a las industrias que han reemplazado el petróleo por gas natural. De igual manera, existen ya muchos distritos de Lima -por lo general aquellos de menores ingresos- en donde viene implementándose la conexión doméstica, con el consecuente ahorro para las familias.No obstante, dicha incursión en el consumo doméstico del gas natural, no forma parte de una política de Estado tan clara como la colombiana.Dicha política debe, en primer lugar, contribuir con la información al ciudadano. En el Perú la población confunde el Gas Licuado de Petróleo (GLP) con el gas natural. Cuando pensamos en gas doméstico, pensamos en los balones de gas que desde pequeños vimos en nuestras cocinas. Este gas es mucho más pesado, emite "el olor a gas" con el que asociamos gas con peligro de explosión. El gas natural es, en cambio, más ligero, no tiene olor y, por ende, no genera riesgos similares que el GLP.Una política de Estado, en segundo término, debe focalizarse en reducir los costos normativos para la conexión. Por ejemplo, es importante lograr que se evite que cada municipio distrital tenga sus propias reglas y tarifas. Que la conexión a los vecinos se haga sobre la base de brindarle al ciudadano un beneficio y no pensando en cuánto puede aumentar el presupuesto del municipio.Esto complementaría lo establecido por el DS N° 048-2008-EM que creó el Sistema de Tarifa Única para distribuir los costos e inversiones de las redes de gas natural entre todos los que la utilizan, incluyendo a las plantas de generación, y debe aplicarse para salvaguardar la equidad y la competitividad del mercado a favor de todos los usuarios. En efecto, las generadoras eléctricas consumen más del 50% del gas natural por lo cual es lógico que participen del pago para cubrir las inversiones destinadas a ampliar las redes.En tercer término el ente regulador (Osinergmin) debe cuidar que las exigencias técnicas imiten los estándares internacionales y que no hagan poco atractiva la inversión en nuevas redes. Y en cuanto a las tarifas, la actual propuesta del Osinergmin, que contempla reducir el precio del gas natural para uso doméstico es quizás el camino para que de una vez por todas un proyecto como Camisea tenga legitimidad para el ciudadano de a pie, señala Daniel Córdova, director de postgrado de la Universidad del Pacífico.

  • [Gestión,Pág. 30]
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