Hoy más que nunca, los continuos ajustes a que se ven sujetas las tarifas eléctricas provocan confusión en los usuarios, y aunque se habla de la necesidad de sincerarlas, para promover inversiones y evitar apagones, según especialistas e involucrados en el tema, los métodos de su fijación en el país dejan todavía mucho margen de discrecionalidad, que impide tener precios reales de la energía.La discusión sobre si las tarifas que se fijan son muy altas o muy bajas, y si existe o no una intervención de los gobiernos de turno para establecer tarifas que no generen críticas contra los gobernantes, es una tradición en el país, pero el tema cobra hoy relevancia cuando el propio Ministerio de Energía y Minas ha reconocido hace poco que deben sincerarse las tarifas. En anteriores procesos regulatorios, el Osinergmin nunca pareció darles la razón a las empresas generadoras en sus pedidos de determinar mayores ajustes a los que finalmente se aprobaban, desde finales del 2008 la situación parece haber comenzado a cambiar, no precisamente a favor de los bolsillos de los usuarios.Javier García Burgos, gerente general de la empresa generadora Kallpa, consideró que el meollo del problema es que todavía hay un excesivo margen de discrecionalidad en la propia metodología que utiliza el organismo regulador para determinar las nuevas tarifas eléctricas.