La iniciativa para liberar las gratificaciones y la compensación por tiempo de servicios (CTS), aprobada por el Congreso y promulgada por el Ejecutivo, solo puede justificarse dentro de la crítica coyuntura económica mundial, que obliga a los gobiernos a tomar medidas extraordinarias precisamente para contribuir al dinamismo de la economía nacional.La explicación es que, en principio, el consumo interno se verá fortalecido porque los trabajadores recibirán un 22% más en las gratificaciones de julio y diciembre y el equivalente a un sueldo, en caso opten por retirar sus fondos de CTS del 2009.Sin embargo, debe quedar claro que se trata de políticas importantes, pero que deben mantener su temporalidad. De ninguna manera puede admitirse que se conviertan en permanentes e indefinidas, como ha sucedido últimamente con algunas decisiones económicas (como el ITF y otras), ya que eso afectaría seriamente los fondos de pensiones y, peor aun, desnaturalizaría la finalidad intrínseca de la CTS.Es responsabilidad del Ejecutivo vigilar y garantizar al país que, efectivamente, estas medidas solo estarán vigentes hasta el 2010. En paralelo, tendrán que estudiarse otras posibilidades para incentivar el consumo en el mercado local, sin agravar la precariedad del sistema previsional, el ahorro doméstico, los derechos de los trabajadores y los costos laborales.Por ejemplo, en cuanto a la ley que ha exonerado a las gratificaciones de los aportes de Essalud (9%) y de pensiones (13%), lo positivo es que se beneficiará a unos cinco millones de trabajadores, aproximadamente al 30% de la PEA. No obstante, es indispensable que el Estado asuma la responsabilidad que le corresponde en la defensa de la seguridad social que nuestra Constitución garantiza, cautelando el siempre deficitario fondo de Essalud y de la ONP, otorgando los subsidios que se requieran. Al respecto, deberá vigilar que el Ministerio de Economía y Finanzas entregue a ambas entidades los S/.635 millones que dejarán de percibir. Asimismo que el 9% del monto que dejará de aportar el empleador a Essalud sea considerado un abono extraordinario en favor del trabajador.Recordemos además que en este gobierno se ha ampliado el universo de los asegurados, a los cuales no se les puede negar ahora el acceso a los hospitales y servicios disponibles. En el caso de las AFP, la situación es hasta cierto punto diferente, aun cuando han sido las primeras afectadas por los estertores de la crisis financiera mundial.Respecto a la CTS, tampoco se puede obviar que su liberalización ha sido el caballito de batalla de muchos regímenes irresponsables que de manera populista han pretendido jugar con el ahorro de los trabajadores, ofreciéndoles la posibilidad de utilizarlo sin restricciones en el presente, sin pensar en el futuro, más aun ante la eventualidad de que pierdan su empleo. En un mercado laboral como el peruano, con enormes altibajos e inestabilidades, la intangibilidad de la CTS es un respaldo invalorable que no se puede afectar por razones coyunturales, sin pensar en las graves consecuencias ulteriores, en las que el principal perjudicado será el trabajador.Finalmente, hay que hacer hincapié en que la CTS y las gratificaciones solo comprenden a un pequeño sector de la población económicamente activa, por lo que el reto mayor del plan de estímulo sigue siendo mantener el nivel de empleo actual pero, sobre todo, crear nuevos puestos de trabajo y acabar con la informalidad y el subempleo.(Edición domingo).