RETOS DE GARCÍA DESPUÉS DE LOS 1,000 DÍAS
28 de abril de 2009

En política no es frecuente tener una segunda oportunidad, pero ocurre. Luego de haber cometido graves errores durante su primer mandato (1985-90), especialmente en lo económico, el líder del partido aprista, Alan García Pérez, fue nuevamente elegido presidente de la República, en una disputada segunda vuelta que la ganó básicamente porque la suya era percibida como la candidatura "menos mala", o la menos riesgosa frente al nacionalismo. Se entiende entonces la preocupación del Mandatario por dejar una impresión totalmente opuesta en este su segundo periodo.La semana pasada se cumplieron los primeros mil días del segundo gobierno de García y si la historia va a juzgar su gestión por los logros alcanzados, de momento es difícil identificar algún hito que marque un antes y un después. Se podrá afirmar que la crisis internacional está frenando los avances y, a lo mejor, se atribuirá a su gobierno la fortaleza con que la economía peruana afrontó la turbulencia, pero el orden y la prudencia con que se está manejando la política económica es más bien un legado de gobiernos anteriores, desde 1990, como lo es también el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.Es destacable que García haya apostado por mantener el rumbo en lo económico, pero si desea ser recordado como un buen presidente, su gran desafío es construir bases sólidas sobre las que deberá sustentarse el desarrollo del Perú. La medida del éxito de su gobierno se medirá, a decir de su propio ministro de Economía, en la reducción de la pobreza a 30%. Pero a ello hay que agregar otros temas pendientes: la corrupción, la inseguridad ciudadana, el atraso educativo, la deplorable situación de los servicios públicos, el enorme déficit en la infraestructura básica, entre otros.Los pasos que se han dado en esa dirección son todavía tímidos y se percibe que el Gobierno no tiene una hoja de ruta clara que priorice e indique qué hacer y cómo hacerlo. Prueba de ello es la manera poco organizada con que se lleva a cabo la lucha contra el narcoterrorismo en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE) o los destapes de actos de corrupción en entidades estatales. Faltan aún dos años para que culmine su mandato; hay mucho por mejorar y reformas pendientes. Esperemos que el Presidente apriete el acelerador.

  • [Gestión,Pág. 30]
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