El señor Eduardo Farah expresa públicamente, y desde hace algún tiempo, reparos sobre el precio de la electricidad lo que responde a un reclamo común cuando suben los precios de los servicios públicos.Sostiene, según entiendo, que como la electricidad no se puede reemplazar por otro bien y todos la consumimos, los precios deberían ser más bajos. Lo importante de este debate, que da para bastante más, es que los ciudadanos debemos saber lo que se requiere para tener electricidad. Es más, deberíamos recordar que 16 años atrás teníamos que generar nuestra propia electricidad con grupos electrógenos y hasta con baterías de camión con las cuales prendíamos focos cuando no teníamos luz. Ello porque los precios de la electricidad se fijaron políticamente por años cobrándose por este servicio menos que su costo de producción. Esta situación, sumada al terrorismo, destrozó el sistema eléctrico nacional.La electricidad tiene un precio que se debe pagar para que las empresas generadoras, transmisoras y distribuidoras puedan mantener sus instalaciones, hacer las inversiones requeridas y operar sus máquinas. Además las empresas tienen que obtener una utilidad porque de otra manera no habrían interesados en este negocio.Los usuarios domésticos tenemos una tarifa regulada: fijada por Osinergmin y la única que nos pueden cobrar son las empresas que nos venden electricidad. Aquellos que consumen más electricidad pueden negociar directamente sus precios con los generadores y le sumarán la transmisión y la distribución formándose un valor final. Además hay un subsidio de los que más consumen a los que menos consumen, llamado FOSE, para ayudar a los más pobres.El sector eléctrico ha recibido grandes inversiones porque sus tarifas reflejan los precios de mercado y por ello este sector ha podido acompañar, técnicamente, el crecimiento nacional. Olvidarnos hoy que las cosas cuestan y hacer populismo con el tema eléctrico es irresponsable. Si el señor Farah tiene reparos al precio de la electricidad lo puede discutir con el Osinergmin y plantear propuestas y soluciones técnicas. Hacerlo de otra manera es, a mi juicio, muy peligroso, señaló Cecelia Blume, en su columna al "Toro por las astas".