Los jefes de Estado y de Gobierno del G-20 (los países más industrializados y emergentes del mundo) acordaron ayer llevar a cabo un plan de US$1,1 billones (más de 750.000 millones de euros) de financiamiento para fortalecer la economía mundial y hacer más estricta la regulación sobre los bancos, fondos de cobertura y paraísos fiscales. Los líderes discutieron medidas para hacer frente a la crisis global y evitar que esta se repita, informó el primer ministro británico, Gordon Brown, al término de la cumbre de dos días en Londres.