SERENIDAD, QUE LA RAZÓN ESTÁ DE NUESTRA PARTE

Perú ha dado un paso más en su propósito de demarcar definitivamente los límites marítimos con Chile, al entregar a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, la memoria que sustenta la demanda interpuesta el 16 de enero del 2008. De ahora en adelante, se deberá incluir un nuevo capítulo en la historia de las relaciones con el vecino país del sur, lo que demandará, tanto de gobernantes como de gobernados, unidad de criterios para afrontar este delicado asunto.Y debemos mantener esta unidad porque el proceso no se cerrará en poco tiempo, pues la Corte requerirá de unos tres años, por lo menos, para emitir una opinión. Durante ese tiempo, los peruanos debemos actuar bajo una sola idea: respetar y respaldar las acciones que adopten nuestros diplomáticos y otros representantes oficiales, y estos deben, a su vez, saber que tendrán que actuar con la claridad y transparencia que sea posible para mantener adecuadamente informado al país. Esto llevará a que aceptemos el pronunciamiento del organismo al que hemos pedido que medie en la diferencia, cualquiera sea su orientación, y nos dará la suficiente legitimidad para exigir a nuestros vecinos sureños la misma actitud.En consecuencia, este asunto, que debe seguir siendo una política de Estado y un tema de debate entre especialistas, de ninguna manera puede pasar a engrosar la agenda de dirigentes políticos o de otra índole cuyo único interés es la agitación.Es necesario mantener la serenidad hasta ahora mostrada, la paciencia hasta ahora expuesta y la madurez con que hemos actuado. Este debe seguir siendo el compromiso del país, y desechar cualquier acción que nos haga ver como desafiantes de los principios y costumbres internacionales.Pero también nuestras autoridades, incluso el presidente de la República, deben evadir la tentación de responder a las provocaciones que lanzarán quienes ahora son nuestros contrincantes legales, puesto que estamos convencidos de que la razón está de nuestra parte.