Unidad y principios, prometió el flamante presidente de la Confiep, Ricardo Briceño, cuando fue elegido hace 15 días. "El primer principio es que los empresarios debemos actuar con transparencia y equidad y la primera acción es la cohesión gremial", dijo en esa oportunidad. También aseguró que en menos de un año todos los gremios que conforman Confiep establecerán un Código de Conducta y ética, que regirá a todas sus empresas.En un contexto en el que el nivel de corrupción ha pasado a ser el primer problema del país, será muy positivo que los empresarios cumplan efectivamente con ese compromiso. Pero también será crucial que se consolide la cohesión empresarial y no solo la de Confiep, ahora que ya se ‘calientan motores’ para las elecciones del 2011 y la posición unitaria del empresariado en el debate de las propuestas de Gobierno será importante. Lamentablemente, no hay unidad. Han pasado ocho años desde que dos de los gremios más importantes de Confiep (CCL y SNI) se apartaron y no han retornado aún. Además, mirando todo el universo empresarial, hay gremios que tienen una mayor presencia mediática que contrasta con su bajo número de asociados, y a la inversa; en tanto que una gran mayoría (más de 2 millones) son micro y pequeñas empresas atomizadas con casi nulo peso gremial. Además, en algunos casos, la voz cantante es más la del líder que la de sus asociados y la vida gremial es poco activa. Por ello, no es de extrañar que las visiones de los gremios empresariales sobre lo que debería ser nuestra economía sean diversas, y esas diferencias no son solo de matiz sino de fondo. Por ejemplo, no siempre hay acuerdo sobre las políticas sectoriales que debe seguir el país; tampoco acerca del grado de apertura de la economía, por citar dos temas. Y las propuestas de los gremios para solucionar determinada problemática son, salvo contados casos, listados de objetivos que no plantean las medidas concretas para lograrlos. Estando ya cerca el período electoral, cada gremio empresarial debería plantear una agenda que priorice los problemas del país y las políticas correspondientes a aplicarse. Así, se abriría el debate nacional para encontrar soluciones de consenso a problemas como la pobreza e inclusión social, y la estabilidad política, de manera que se garantice la sostenibilidad del crecimiento.
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