EL CAMBIO QUE HACE FALTA EN PROINVERSIÓN
16 de marzo de 2009

Podría pensarse que un año tan difícil como el que estamos viviendo es el menos indicado para promocionar grandes inversiones, pero no es así; es una coyuntura que debe aprovecharse. En estos tiempos de crisis, no pasa una semana sin que se informe que empresas en el mundo y, algunas en el Perú, anuncian que están poniendo sus proyectos en standby, para cuando el financiamiento no sea tan costoso ni escaso. Y todo apunta a que la mejora comenzará a sentirse en el 2010.Por tanto, en estas circunstancias, lo óptimo sería dinamizar la promoción de la inversión privada, pues los grandes proyectos no se concretizan en plazos cortos, sino que demandan un tiempo considerable en la ejecución de estudios preliminares y en la elaboración de la documentación que todo proceso de este tipo demanda. En consecuencia, el 2009 es un buen año para repensar el sistema de concesiones del país y para evitar repetir los errores del pasado reciente.En teoría, la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (ProInversión) debe ser la abanderada del proceso, pero no está actuando con la eficiencia que se necesita y en el pasado no ha tenido el suficiente respaldo. Prueba de ello son los cuatro directores ejecutivos en lo que va del presente gobierno. Todos ellos prometieron, al asumir sus funciones, que renovarían la forma en que las concesiones son llevadas a cabo. Lamentablemente, ninguno de los tres profesionales que precedieron a la actual jefa de la institución logró su cometido.En el Gobierno no se tiene una idea clara de la labor de ProInversión, por eso hasta se evaluó en algún momento desaparecer la institución. El apuro por finiquitar los procesos ha llevado a malos resultados, como el fracaso en que se convirtió la concesión del Tren Eléctrico de Lima, cuya subasta fue declarada desierta. Ahora las obras serán asumidas por el propio Estado. Si además tenemos en cuenta sucesos como el ocurrido la semana pasada con la venta de las acciones estatales en las empresas azucareras Pomalca y Tumán, entonces queda claro que ProInversión requiere ser tomada en serio por el Gobierno, pues no se puede cosechar lo que no se ha sembrado en dos años y medio.

  • [Gestión,Pág. 30]
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