La constructora OAS de Brasil confirmó su deseo de asociarse con la empresa pública Electrobras, con la finalidad de construir la central hidroeléctrica Inambari. Esta permitirá generar dos mil megavatios de electricidad, es decir, más del doble de lo que genera actualmente la central hidroeléctrica del Mantaro.Para dicho proyecto se estima una inversión que asciende a 4 mil millones de dólares, financiados por Brasil. Las obras se iniciarían en el primer trimestre de 2010 y se espera ejecutarlas en un plazo de cuatro años. Una parte importante de electricidad será vendida al país amazónico, lo que obviamente generará divisas para el Perú.Se trata de un compromiso asumido por el director internacional de la Constructora OAS, César Uzeda, ante el presidente de la República, Alan García Pérez. El empresario brasileño expuso todos los detalles para realizar el proyecto. Cabe señalar que OAS es una de las cinco mayores constructoras de Brasil, cuenta con más de 30 años de experiencia y exporta desde hace varios años. La central hidroeléctrica de Inambari se ubicará en el límite de los departamentos de Puno, Madre de Dios y Cusco, aproximadamente a 300 kilómetros de la frontera con el estado de Acre, de Brasil. Los estudios de factibilidad del proyecto están muy adelantados, pues la primera fase de los mismos ya finalizó y presenta resultados satisfactorios. Sin duda, esta nueva central hidroeléctrica servirá para incrementar la oferta de energía eléctrica, así como para impulsar el programa de integración energética entre el Perú y Brasil. Se tiene previsto que el proyecto pagará impuesto a la renta equivalente al 30 por ciento de la utilidad. Asimismo, una gran parte de la inversión comprenderá la demanda de bienes y servicios locales, lo que definitivamente contribuirá a generar empleos de forma directa e indirecta, con un importante impacto en el Producto Bruto Interno en el sur del país. Por otro lado, esta gran obra de infraestructura hidroenergética ratificará las condiciones favorables del territorio nacional para construir centrales hidroeléctricas al otro lado de los Andes, aprovechando los grandes caudales de agua de los ríos amazónicos en tierras planas, que hacen posible la utilización de la tecnología de las turbinas tipo Francis. A diferencia de las ruedas Pelton, que requieren de gran caída de las aguas, se aprovecharán las alturas de los terrenos accidentados.