El lunes, el mismo día del derrumbe en Winchumayo, Víctor Hugo Paredes asumía el cargo de director regional de Energía y Minas de Puno. Digamos que su gestión ya tiene una prioridad obligatoria. "La minería informal es un problema fundamental en la región", explica. Se calcula que en Puno hay 60 mil mineros que trabajan en condiciones artesanales e informales. Decimos que se calcula, porque por su misma condición de informal esta actividad está ajena a las estadísticas.Para Paredes, sin embargo, hay un problema dentro del problema. El aumento de las funciones a cargo de esta dirección regional no ha ido de acuerdo, según dice, con el presupuesto asignado. "Tenemos proyectos para la formalización de la minería, pero no podemos concretarlos porque no tenemos presupuesto", indica el funcionario.(Edición domingo).
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