Al parecer, va prendiendo la idea al interior de Perú Posible que no habrá manera -ni con el ex Properú, ni con el mejor de los candidatos, ni siquiera con la ansiada bicameralidad- de asegurar algo interesante en términos parlamentarios para el 2006. Se acaba de ir Cecilia Tait, lo va a hacer Anel Townsend, tal vez algunos más. Pero lo que debería preocupar es el descuido del gobierno por tratar de mantener de alguna manera una bancada que le asegure cierta presencia política eficaz en el Congreso. Es el síntoma del abandono por el que ha optado en términos casi absolutos respecto de cualquier acción de gobierno.Y ése sí es dato que debería alarmar. Al final de cuentas, con un partido organizado a punta de amistades o aportes, era más o menos previsible que ante la menor crisis se iba a desmantelar. Pero lo que llama la atención es la ausencia de una estrategia dispuesta para evitar ese desarme. A nadie del oficialismo parece importarle ya lo que pase en su partido.Eso es clara evidencia de que la tesis de que lo único que les interesa a Toledo y su cogollo es sobrevivir como sea hasta el 28 de julio del 2006 es una verdad irrefutable. Pero lo preocupante no es que estemos a pocos meses del final de su mandato. Falta más de un año para que ello ocurra y ese vacío de poder, en un contexto convulsionado como el que asola al país, puede ser potencialmente explosivo.La oposición, como es natural, no está en plan de seguirle quitando las castañas al fuego a un gobierno que no es el primero en mostrar interés en hacerlo. No va a seguir fungiendo, pues, de bombero de los incendios que la crisis de autoridad generada por este gobierno va a seguir creando conforme pasen los días.Si a Toledo le preocupaba sólo el tema de la vacancia y cree que la elevación de la valla de votos para decretarla lo protege de modo definitivo, se equivoca de cabo a rabo. Es la calle la que puede seguirse encendiendo, más aún si percibe, como lo hace cualquiera que raspa la epidermis gubernativa, que el principio básico de gobernabilidad, como es el mantenimiento de la autoridad y el orden, no es parte de las prioridades del régimen, señala el director de La Primera, Juan Carlos Tafur.