Las deficiencias en infraestructura no son solo una preocupación de los países en desarrollo, sino también en los desarrollados. Más aun en momentos en que la crisis internacional arrecia y deja sin liquidez a las economías del mundo. Así lo establece un reciente estudio que la consultora KPMG encargó a la Unidad de Inteligencia del semanario británico "The Economist".El estudio, realizado entre 328 ejecutivos de las principales compañías del mundo, destaca que el 77% de los encuestados considera que las inversiones en infraestructura no serán suficientes para respaldar el crecimiento de sus instituciones a largo plazo. Este dato es interesante además porque el 52% de los entrevistados proviene de Europa, EE.UU. y Canadá, áreas provistas de infraestructuras de vanguardia.