UN PROBLEMA DE VARIOS ACTORES
9 de febrero de 2009

Ni el más pesimista de los pronósticos esperaba que a fines del 2008 el Consorcio Camisea (y su operadora Pluspetrol) anunciara a los grandes consumidores de gas natural que no tenía disponibilidad de este combustible porque todo el volumen de recursos probados con los que cuenta Camisea (lote 88) ya estaba comprometido para los sucesivos 20 años. En otras palabras, los 8,9 trillones de pies cúbicos (TCF, por sus siglas en inglés) de reservas ya tenían dueño y no había ni una molécula más para un nuevo gran cliente.¿Qué es lo que ha pasado? Un ex ejecutivo de la distribuidora Cálidda recuerda que en el 2003 esta empresa hacía denodados esfuerzos para convencer a las empresas industriales de firmar contratos para que utilicen gas natural. El gas arribó a Lima en agosto del 2004 procedente del lote 88 (Camisea) y apenas quince empresas (eléctricas incluidas) habían preparado sus instalaciones para su llegada: "todos estaban esperando que sus vecinos se conectaran primero para ver qué tal les iba y después conectarse ellos", señala.Bajo este escenario el Ministerio de Energía y Minas (MEM) estableció volúmenes de consumo para el mercado interno bastante modestos, que realmente fracasaron. Así, en el 2008 ya se consumían los volúmenes que el propio MEM había establecido para el 2013.