Así como ha estado sucediendo con las proyecciones de desempeño económico para el 2009, nuevamente el Perú destaca positivamente en otro rubro macro, en esta ocasión el referido a los recursos humanos.El informe "Panorama laboral: desempleo de América Latina y el Caribe", presentado la semana pasada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), vaticina que la economía peruana perderá entre 40,000 y 60,000 empleos este año, un resultado que situará al mercado laboral nacional como uno de los menos afectados por la crisis internacional. Sería poco afortunado calificar esas cifras como "buenas" o "malas" ya que se trata de capital humano que contribuye con agregar valor a la producción nacional. Por el contrario, se requiere de un análisis más profundo para determinar si tal proyección podría reducirse, y para ello es preciso tener en cuenta las medidas que el Gobierno está poniendo en marcha, como es el caso del Plan de Estímulo ante la crisis, o de aquellas cuya implementación está evaluando, como, por ejemplo, el otorgamiento de incentivos tributarios para la capacitación laboral.La evolución del empleo en Lima Metropolitana durante el año pasado, evidencia que la desaceleración de la economía peruana impactará con mayor fuerza en la pequeña y micro empresa, sector que no se vería favorecido por los incentivos mencionados, pese a que genera el 90% de los puestos de trabajo en el país, a menos que el proyecto que evalúa el Gobierno contemple aspectos como la formalización masiva de Pyme o la fijación de beneficios con límites bastante bajos, opciones que generarían dificultades a la Administración Tributaria.Estas limitaciones podrían superarse, si en paralelo con los incentivos se diseñan medidas orientadas a evitar que el flujo crediticio a las Pyme se interrumpa. En todo caso, apoyar a este sector no es solo responsabilidad del Gobierno, pues las Pyme son proveedoras de las empresas medianas y grandes. La crisis podría servir para que este último grupo asuma una mayor responsabilidad con sus pares, que al final de cuentas son sus socias, pues pese a las dificultades disponen de mejores condiciones para acceder a las medidas de estímulo que el Gobierno pone en ejecución.