¿SOMOS PESIMISTAS?
12 de abril de 2005

Muchos nos perciben como pesimistas patológicos. Nos acusan de soslayar "sistemáticamente" todo lo que de bueno puede haber hecho este régimen y dedicar la mayoría de nuestras columnas de opinión a criticar o subrayar sus errores.La verdad es que si tanta irritación y molestia nos causan las torpezas de los políticos o de nuestros gobernantes de turno no es porque nos imbuya un pesimismo casi congénito. Por el contrario, es porque estamos plenamente convencidos de que el Perú es un país con un potencial tan vasto que sólo bastarían dos buenos gobiernos sucesivos para que accedamos al camino del desarrollo y la riqueza.Tenemos todo para ser un país próspero, con niveles de pobreza reducidos, con capacidad competitiva, con riquezas materiales y humanas que ya quisieran tener muchos de nuestros vecinos que hoy nos miran por encima del hombro.Hemos sido capaces de grandezas que otros países no han podido enfrentar. Hemos derrotado a la amenaza subversiva más demencial del planeta, logramos salir -aunque de modo incompleto- de la barbarie económica que nos legó el régimen aprista sin mayores traumas, hasta ahora somos inmunes al caos social que asola naciones cercanas, tenemos un empresariado mayoritariamente consciente del norte que hay que seguir no en beneficio suyo sino del país (el mercantilista de antaño ya es casi una especie en extinción), nuestro pueblo mantiene bolsones emergentes constructivos que superan aquél conformado por preciudadanos o subproletariado que juega en contra de todo, hemos sabido escapar de la institucionalidad autoritaria y corrupta del fujimorato aunque no hayamos tenido la suerte de haber tenido un gobierno con la talla suficiente para emprender la tarea de desmontaje que correspondía llevar a cabo.El Perú no es un cadáver ni una nación desahuciada. Es un país realmente posible, pero que está en cuidados intensivos. Por ello somos intolerantes frente al más mínimo error. Por ello nuestra exasperación recurrente ante la indolencia o las torpezas cometidas por incapaces o bribones a quienes no parece importarles las consecuencias de sus actos en el poder.No nos alivia un gobierno mediocre cuyo único mérito sea no haber sido tan desastroso como otros del pasado. Llámesele pesimismo si se quiere. En verdad, es desesperación por ver cómo pasan los años y el Perú sigue siendo una nación desperdiciada, señala el director de La Pirmera , Juan Carlos Tafur.

  • [Diario Uno,Pág. 2]
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