La caída del precio internacional del petróleo no solo tiene como efecto la reducción paulatina del costo de los combustibles. También ha generado que los inversionistas extranjeros se interesen menos por participar del proceso para la modernización de la refinería de Talara, el principal activo de la empresa estatal Petro-Perú.Ayer, el ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez, reveló que la petrolera ha retrasado y puesto en revisión el plan que permitiría modernizar y ampliar la capacidad de refinación de la planta talareña, y pasar de 62.000 barriles a 90.000. El objetivo principal es reducir el contenido de azufre en los combustibles.Dicho proyecto involucraba que un inversionista garantizara el gasto (unos US$1.000 millones), y que recuperase su dinero con la venta de combustibles. El plan contemplaba un escenario en el que el precio del crudo era de US$60 el barril.