Para el especialista en temas agrarios Fernando Cillóniz, la nueva Ley General del Agua constituye una de las reformas públicas más esperadas e importantes del país y no colisiona en modo alguno con los decretos legislativos vigentes, como el 1081 y 1083. Sin embargo, dijo que es preocupante que se emita bajo la presión de la Junta Nacional de Usuarios de los Distritos de Riego. No es la mejor forma de sacar una ley, presionado por una huelga que a todas luces resultó un fracaso, puntualizó.