El programa de reconversión laboral, una de las medidas para paliar los efectos de la crisis internacional en el empleo interno que desde diciembre pasado se venía discutiendo en el Consejo Nacional del Trabajo (CNT), empezaría a funcionar el próximo mes, según anunció el ministro de Trabajo, Jorge Villasante. El programa cuenta con S/. 100 millones en el Plan Anticrisis del Gobierno y prevé la capacitación en construcción para los trabajadores que serán los más golpeados por la crisis (minería, agroindustria y textil). En una primera etapa, se reconvertirían unos 20 mil trabajadores con una inversión de S/. 30 millones.Si bien esta es una buena noticia, lo que llama la atención es que, según el ministro Villasante, serían suficientes solo tres meses (que según dijo es el tiempo que demora un despedido en conseguir otro empleo) para que un trabajador que pierde un empleo reciba capacitación en otra actividad diferente a la que solía desempeñar, lo cual lo ayudará a no estar desempleado.A menos que se trate de reproducir esquemas parecidos al PAIT (Programa de Apoyo al Ingreso Temporal, que el Apra aplicó en su primer gobierno), un programa de reconversión laboral que se precie de ser serio, no puede ser ejecutado en tan pocos meses. En los 90, con motivo del proceso de privatizacion y a través de Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) administrado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se aplicaron programas bien estructurados de reconversión laboral en países de la región (Chile, Uruguay, Colombia y Perú). En todos los casos, duraron más de dos años y su implementación fue bastante compleja.En el caso peruano, junto con la Comisión para la Promoción de la Inversión Privada (Copri), se logró inscribir (entre fines de 1995 y principios de 1998) a más de 11 mil trabajadores despedidos para su reconversión laboral, con un aporte del Fomin de US$ 7.2 millones. Sería conveniente que el ministro del sector detalle los alcances del programa de reconversión laboral, entre otros, respecto a su duración, ya que programas de este tipo están orientados más al mediano y largo plazo, con el objetivo de mejorar la productividad del trabajo y la competitividad del país.
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