A 45 minutos de Iquitos por el río Amazonas se ubica Barrio Florido, un centro poblado con 1.500 habitantes dedicados a la pesca, y que está asentado al lado de una quebrada que limita con la refinería de Petro-Perú.Esa vecindad ha hecho que Barrio Florido sea el único pueblo del lugar que tiene energía eléctrica y que muchos de sus moradores sean trabajadores eventuales de la petrolera. Sin embargo, desde el último lunes, los vecinos protestan porque el agua de la quebrada donde pescan y se bañan emite un fuerte olor parecido al de la gasolina. El pasado lunes 5, luego de una fuerte lluvia, el tanque que contiene hidrocarburos residuales recuperados se rebalsó y drenó cuatro barriles de este producto dentro de la refinería, lo que luego fue a dar a la quebrada. "No fue un derrame que podría comprometer la seguridad medioambiental, pero el poco caudal de la quebrada hace que el olor sea más notorio", adujo Arturo Reátegui, gerente de operaciones de la petrolera. (Edición sábado).