A los peruanos, según se dice, la crisis internacional nos ha encontrado en buen pie, pero ello no significa que seamos inmunes a ella. Vivimos en un mundo globalizado y, dado que los principales receptores de nuestras exportaciones atraviesan duros momentos recesivos, es previsible que ello repercuta en nuestros índices de exportación.A partir de allí se ha generado un arduo debate sobre las medidas necesarias para resistir los embates de una crisis que no es solo financiera, sino también económica. Y mientras organismos internacionales como la OIT anuncian que en América Latina el desempleo aumentaría hasta 9%, en nuestro país algunas voces apresuradas sugieren reducir la planilla como una receta a mano. Más aun, es un hecho que en los sectores textil y minero se han registrado despidos últimamente.Pero, afortunadamente, son los menos. Ya el presidente de la República y representantes de los gremios empresariales y sindicales han anunciado que siguen apostando por el país, que mantienen un optimismo realista y que harán todo lo posible para evitar la medida facilista del despido, que a la larga podría ser contraproducente. Y no solo porque hay que prepararse para cuando la crisis amaine, sino por la dificultad de conseguir personal calificado. ¿Entonces, qué medidas deben tener prioridad para los empresarios y el Gobierno? Consultados por El Comercio, expertos laboralistas explican que si bien es necesario reducir los sobrecostos laborales que siguen siendo altos, esta no es la única opción ni la más eficaz para proteger el empleo en tiempos de crisis, sobre todo luego de la promulgación de la ley mypes.Por lo mismo, al tiempo que se debate la ampliación de estas condiciones de las mypes a las medianas y grandes empresas, sugieren, junto con el Ministerio de Trabajo, dar prioridad a medidas que podrían ser más efectivas, como dar incentivos tributarios a las empresas a que inviertan en capacitación y promover la reconversión laboral.El Gobierno podría también exonerar de impuestos a los bonos de productividad e impulsar las franjas salariales, de modo que los aumentos que otorguen los empleadores no sean computables para beneficios indirectos como la CTS y las gratificaciones.La nación está pendiente de las conclusiones a que pueda arribar esta semana el Consejo Nacional del Trabajo, en el que ya se evalúan algunas propuestas del Ministerio de Trabajo, como la de otorgar un reintegro tributario de hasta 70% del gasto invertido por las compañías en la capacitación de su personal. El crecimiento del empleo, que ha sido una tendencia creciente en los últimos años, es una señal de crecimiento responsable e inclusivo que debe cuidarse. Por lo demás, tampoco se puede perder de vista que la competitividad de las empresas va de la mano no solo con la creatividad para mejorar procesos, productos y posicionarse en diversos nichos de mercado, sino también con la participación de personal calificado y motivado. No podemos retroceder.(Edición sábado).