Un día antes el jefe del Estado, Alan García, había dicho que el último recurso de las empresas frente a la crisis financiera debe ser el despido de trabajadores. Ayer la respuesta del presidente de la Confederación de Instituciones Empresariales Peruanas (Confiep), Jaime Cáceres Sayán, fue en el mismo sentido: "No hay un afán ni intención de despedir gente, que se genere desempleo, porque sería hacernos un harakiri, sería un suicidio no hacer el esfuerzo para mantener el empleo". Cáceres explicó que no podría ser de otra manera porque se trata de una retroalimentación. Es decir, toda empresa que produce en el país basa su actividad en que la gente tenga empleo y un ingreso que pueda permitirle consumir los bienes y servicios de las compañías. En entrevista con Radioprogramas se le preguntó si había que evitar los despidos a costa de las ganancias. Cáceres respondió que más bien se debe buscar que las empresas tengan buenos resultados "porque entonces van a poder invertir más y contratar más personas". Agregó que hay que transmitir confianza, pero con los pies en el suelo. (Edición domingo).