Es alentador que nuevamente la Confederación Nacional de Instituciones Privadas (Confiep) dé cátedra en el país y, en un llamado al empresariado peruano, haya abogado por el respeto a la ley, aun cuando esta penalice dramáticamente a ciertos sectores productivos.Esto ha sido evidente ahora que el Tribunal Constitucional declaró legal el pago de las cuestionadas regalías mineras, en una decisión que como bien ha señalado el propio presidente electo de la Confiep, José Miguel Morales, tiene que acatarse más allá de las divergencias. Hay que considerar que el pago de regalías involucra un monto de 38 millones de dólares anuales, que podrán convertirse en los más caros de la historia por la detracción de inversiones que van a producir.Morales, que hoy se alista a asumir oficialmente la representación del importante gremio empresarial, demuestra que vivir en democracia implica, pues, respetar el orden legal, con sus vacíos, sus sombras y sus errores. Buen comienzo para una difícil gestión.